NUEVA YORK.— Beyoncé publicó ayer su séptimo álbum, Renaissance, el acontecimiento musical del verano, en el que hace un llamado urgente a bailar bajo las luces de las pistas de baile o en las playas para olvidar el aburrimiento del coronavirus.
Seis años después de Lemonade, convertido en un clásico, los fans han vuelto a ser retribuidos por la reina, Queen B, con las 16 canciones de su nueva producción, en las que recupera a Donna Summer, al padre de la música disco Giorgio Moroder o James Brown.
“Hacer este álbum me permitió soñar y evadirme durante un periodo aterrador para el mundo. Me permitió sentirme libre y aventurera en una época en la que casi nada se movía”, anunció Beyoncé, a punto de cumplir 41 años, a sus 270 millones de seguidores en Instagram.
“Quería crear un lugar donde sentirme segura, sin prejuicios. Sin necesidad de perfeccionismos ni reflexiones profundas. Un lugar para gritar, relajarse y sentirse libre”, agregó, antes de concluir: “Fue un bello viaje de exploración”.
Agencia.