Los Ángeles, EU.- La chimenea está prendida en la casa de Jennifer Lopez. Es un día lluvioso justo una semana antes de Navidad, y su propiedad de estilo español en la zona de Bel-Air está decorada justo como uno esperaría: guirnaldas de pino colocadas en torno a la repisa de la chimenea, rosas anaranjadas sobre la mesa de centro y un árbol de Navidad podado profesionalmente en la sala.
Es como una página sacada de un catálogo, lo que incluye a la propia estrella, vestida con la versión de alta costura del uniforme de quienes trabajan desde casa: un voluminoso suéter beige, pantalones deportivos color crema, zapatos Timberland con joyería llamativa.
Trae el cabello recogido en un chongo. Los aretes de diamante sujetados a sus orejas son lo único que delata su estatus como una de las mujeres más famosas del planeta.
Lo que hace que uno se pregunte, ¿acaso sucede algo por accidente en la vida de J. Lo? Es una pregunta que hay que sopesar sobre todo después de que su no tan nuevo novio, Ben Affleck, aparece para recibir un beso y sostener una conversación en susurros cerca de una casa de galleta de jengibre coronada con las palabras “Familia Affleck Lopez”.
Después de todo, es una mujer que navegó con éxito las traicioneras aguas de la celebridad durante casi tres décadas, sorteó una ronda tras otra de romances y rompimientos públicos, se reinventó para pasar de bailarina a cantante a actriz y a productora.
A los 52 años, un momento en que las estrellas femeninas por lo general se hallan en un purgatorio hollywoodense sexista que las discrimina por su edad, ella parece ser más relevante que nunca.
Su nueva película, la comedia romántica Cásate Conmigo (Marry Me), postergada por la pandemia, ya se estrenó en cines de México.
Lopez interpreta a una superestrella al estilo J.Lo que intenta negociar una vida amorosa en medio de las trampas de la fama descomunal (¿suena conocido?).
Interpretará a otra novia en Shotgun Wedding, que se estrena este verano, antes de intercambiar los vestidos de noche por un papel como asesina mortal en la próxima película The Mother, de Netflix, que planeaba terminar de rodar en las Islas Canarias tras la temporada decembrina.
En cierto momento, el servicio de streaming, que el año pasado firmó un trato de varios años con Nuyorican Productions, la compañía de Lopez, también lanzará un documental que presenta una crónica del año en que cumplió 50 años y en que todos sus mundos dispares se fusionaron: reconocimiento legítimo por su trabajo como actriz en Estafadoras de Wall Street (Hustlers, por la que recibió su segunda nominación al Globo de Oro y una al Premio SAG), su gira internacional de conciertos en el 2019 y el espectáculo de medio tiempo en el Súper Tazón en el 2020.
El año, dijo, “cuando todo por lo que había trabajado en el cine, la música y la moda sencillamente comenzó a suceder”.
Cásate Conmigo, en la que Lopez empezó a trabajar hace años con Elaine Goldsmith-Thomas, quien fue su agente y ahora es su socia de producción, es en cierto modo una explicación de cómo es existir bajo el reflector de Lopez, algo que ella llama “una vida muy específica”.
También es un acto de equilibrio, una apuesta de que puede resucitar un género que ha sido dado por muerto tanto por el sistema de los estudios como por las estrellas de las comedias románticas del pasado.
Para Goldsmith-Thomas, la decisión de Lopez de pasar de Estafadoras, que elevó su credibilidad como actriz seria, a Cásate Conmigo, que se alinea más con su éxito anterior como una incondicional de las comedias romántica (Sueño de Amor, Experta en Bodas), tiene perfecto sentido.
“Nos encantó hacer Estafadoras…, pero eso no significa que sea todo lo que deberíamos hacer”, apuntó.
“Tuvo una oportunidad de revelar algo y hacer una película sobre cómo era vivir y amar en una pecera, que tus errores sean amplificados y crucificados a través de todas las plataformas, y a la larga hallar tu camino a pesar de todo. Si a eso le sumas la habilidad para producir, e interpretar una banda sonora para ese trayecto, sería una tontería no hacerlo”.
En Cásate Conmigo, Lopez interpreta a Kat Valdez, una estrella de pop global que tiene intención de casarse con su novio, quien también es una sensación mundial (interpretado por el cantautor colombiano Maluma), frente a millones de fans en un ardid publicitario televisado.
Momentos antes de decir “sí, acepto”, Valdez descubre que él le ha sido infiel, cancela la ceremonia mientras aún está sobre el escenario y opta por casarse con un pobre diablo del público (Owen Wilson) que sostiene un letrero que dice “Cásate Conmigo”.
Imaginen una combinación de El Guardaespaldas y Un Lugar Llamado Notting Hill, con banda sonora de Lopez incluida.
La película es una frívola fantasía pop, así como un vistazo a la vida que pocos tienen suerte de tener. Cualquier fan obsesivo de Lopez la analizará de cerca en busca de pistas sobre la psique de la propia Lopez, específicamente sobre lo solitario que puede ser estar en la cima, donde el resguardo del privilegio a menudo puede parecer una jaula. Y tendrán razón.
Lopez recordó filmar una escena en la que su personaje regresa a casa después de que el ardid publicitario ha salido mal, exhausta, todavía con su vestido puesto. Enciende la televisión mientras se transmite el programa de Jimmy Fallon, sólo para ver cómo la insulta durante su monólogo antes de su programa de entrevistas, y empieza a llorar. Es un indicio de vulnerabilidad que no se ve a menudo en Lopez y que a la actriz le tomó tiempo alcanzar.
“Una vez que has tenido algunas malas experiencias, te das cuenta’tengo que ser cuidadosa’. Si las cosas son demasiado profundas y las pones ahí afuera, alguien podría pisotear tu corazón”, dijo.
La directora de la película, Kat Coiro, admiró el perfeccionismo de Lopez. “Hay una coreografía incluso en su actuación”, dijo.
No obstante, para que la escena funcionara, Coiro le pidió a Lopez que la repitiera varias veces para romper esa fachada. El resultado se siente real, o tan real como Lopez se permite ser.
“Tuve que recordarme a mí misma en esta película que este era de hecho un lugar seguro para expresar esos sentimientos. Se están burlando de mí, eso duele, mi instinto era actuar como si no doliera”.
Agencias