GUADALAJARA, Jal.- Jorge Aristóteles Sandoval Díaz llegó, por última vez, al Palacio de Gobierno.
Su esposa, Lorena Arriaga, y sus hijas, Leonela y Geovanna, rompieron en llanto. Fueron consoladas por el Gobernador del Estado, Enrique Alfaro, y su esposa, Geovanna Santillán, quienes recibieron el féretro en el ingreso de la sede del Poder Ejecutivo.
El ataúd descendió. Los elementos de la Policía del Estado, incluyendo las llamadas toritas -legado de su Administración como Gobernador- saludaron y los ciudadanos rompieron en aplausos.
“¡Gracias Gobernador, muchas gracias!”, gritó una mujer con la voz entrecortada.
Elementos de la Unidad de Protección Civil del Estado salieron para llevar al ex Mandatario al ex Congreso.
Ahí, Alfaro recordó la trayectoria de Sandoval Díaz, el hombre que marcó la segunda transición democrática de Jalisco.
También hubo tiempos para recuerdos. Ese año en que ambos ganaron una elección, Sandoval Díaz como Alcalde electo de Guadalajara y él como Presidente Municipal electo de Tlajomulco.
Ese día, se fueron a tomar unas copas y ahí se habló claro: en algún momento serían adversarios políticos. Y así fue, tres años después contendieron por la Gubernatura y Aristóteles ganó.
“Jorge me demostró que es, sin duda, un político de excepción, y aunque teníamos estilos diferentes y aunque la vida nos llevó por caminos en los que fuimos adversarios políticos es un hombre a quien siempre por a respetar”, expresó Alfaro.
Su viuda Lorena Arriaga también dirigió una palabras, con la voz entrecortada, en las recordó a Sandoval como un hombre amoroso que dedicó su vida a servir.
‘No nos vamos a doblar’
El Gobernador de Jalisco aseguró, ante el cuerpo de su antecesor, Aristóteles Sandoval, que el Estado no sé va a doblar.
“Es una muestra más de que no nos podemos doblar ante quienes quieren sumir a nuestro Estado en el miedo”, sostuvo al recordar al ex Gobernador como un hombre que luchó por el bien de Jalisco, dispuesto a dejar de lado las diferencias políticas y personales en bien del Estado.
Insistió en que pese al dolor que causa su partida, es momento de levantarse, de lanzar un mensaje a la delincuencia: Jalisco está de pie y no se va a rendir.
“No nos vamos a rendir, vamos a levantar la cabeza vamos a honrar su memoria y vamos a demostrar que podemos mucho más que los que nos quieren lastimar los que nos han lastimado”, afirmó.
Tras las palabras del mandatario de montaron varias guardias de honor. El féretro partirá al Congreso, después al Ayuntamiento de Guadalajara y de ahí al PRI.
Agencia Reforma