Rusia y Ucrania a cabo este viernes un intercambio de prisioneros, en el marco de un proceso de diálogo que marca su primer contacto directo en más de tres años directos de guerra. El acuerdo que contempla la liberación de 1000 prisioneros por cada parte, fue alcanzado durante otra reunión de dos horas en Estambul la semana pasada.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró el intercambio a través de su red Truth Social. “Se acaba de completar un intercambio importante de prisioneros entre Rusia y Ucrania. Entrará en vigor en breve”, escribió poco antes de las 6:00 a.m. También felicitó a ambas partes por el acuerdo alcanzado y planteó que “¿esto podría conducir a algo grande?”.

Una fuente militar ucraniana confirmó que el proceso de intercambio había comenzado, aunque no se había completado al momento del anuncio. Por su parte Moscú no emitió una confirmación oficial inmediata.

El ministro de Defensa ucraniano, Rumen Umérov, informó el 16 de mayo que se había negociado un intercambio de “1000 por 1000” y que se estaban considerando otras modalidades similares para futuras operaciones. Anteriores intercambios de prisioneros entre ambos países han sido facilitados por los Emiratos Árabes Unidos.

El encuentro en Estambul, aunque limitado en resultados, representó la primera ronda de conversaciones de paz directas entre ambos gobiernos desde los primeros meses de la invasión rusa en 2022.

No se alcanzó sobre el cese al fuego de 30 días propuesto por Estados Unidos, al que Ucrania había expresado su disposición a adherirse. Rusia ha rechazado repetidamente esta propuesta.

Durante las conversaciones la delegación rusa solicitó que Ucrania cediera el control de 4 regiones clave — Zaporiyia, Kherson, Donetsk y Luhansk—, demanda que fue rechazada por los representantes ucranianos. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, había ofrecido una reunión cara a cara con su homólogo ruso, Vladimir Putin, pero Moscú envió en su lugar una delegación de menor nivel.

Trump, quien ha buscado desempeñar un papel activo en las negociaciones diplomáticas, amenazó endurecer las sanciones a Rusia si no se lograban avances en un acuerdo de paz. Sin embargo, tras una conversación telefónica con Putin a inicios de semana, decidió no implementar nuevas medidas por el momento.

Aunque el intercambio representa un avance en las relaciones bilaterales persisten profundas diferencias que dificultan una resolución definitiva del conflicto.