CUBA| Un misterioso “síndrome de La Habana” que supuestamente provoca serias jaquecas, náuseas y posible daño cerebral a diplomáticos estadounidenses tiene convencidos a muchos funcionarios de que están bajo un sostenido “ataque” con armas electrónicas.
El martes, la vicepresidenta Kamala Harris retrasó por algunas horas un viaje a Vietnam luego de que la embajada en Hanoi reportara un posible caso de “incidentes acústicos” en el lugar, generando preocupación de que fuera blanco de un “ataque”.
Finalmente Harris fue a Hanoi y el Departamento de Estado señaló que está investigando un caso de “incidente anómalo de salud” o AHI, por las siglas en inglés.
Se trata del más reciente de docenas de estos casos reportados por diplomáticos estadounidenses y funcionarios de inteligencia desde 2016, primero en Cuba, luego en China, Alemania, Australia, Taiwán y Washington.
El gobierno de Cuba investigó el asunto y ha rechazado en reiteradas ocasiones como mera desinformación las versiones de Washington, que nunca presentó pruebas de los presuntos “ataques”.
Johana Tablada, subdirectora general para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, tuiteó este martes que el mero término “síndrome de La Habana” responde a algo “inventado sin evidencias”.
En julio, la revista The New Yorker reportó que se constataron docenas de casos entre funcionarios norteamericanos en Viena desde inicios de 2021.
Entre preocupaciones de que un rival poderoso, como Rusia, esté detrás de esos “ataques”, el Departamento de Estado advirtió a sus miles de diplomáticos de la “amenaza”, al tiempo que adelanta chequeos médicos en aquellos que parten en misión de forma de medir mejor cualquier efecto de eventos futuros similares.
“Tomamos cada reporte que recibimos muy seriamente y estamos trabajando para asegurarnos de que los empleados afectados tengan el cuidado y apoyo que necesitan”, indicó una fuente del Departamento de Estado.
El número exacto de incidentes de este tipo entre funcionarios estadounidenses se mantiene en reserva.