Sorprende a rusos el aviso de guerra

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Moscú, Rusia.- Los civiles rusos no se esperaban la movilización militar del Kremlin en el este de Ucrania, pero el fin de semana pasado, todo cambió.

 Durante los últimos meses, mientras Washington advertía sobre una inminente invasión rusa en territorio ucraniano, la poderosa máquina de propaganda del Presidente Vladimir Putin descartaba y parodiaba las conversaciones sobre la guerra.

Pero en los últimos días, desde el territorio ocupado de Ucrania hasta los pasillos del Kremlin, la justificación de una posible invasión se comenzó a establecer, y luego se presentó al público ruso de un momento a otro en la televisión estatal.

 Enfatizando cada agravio, Putin pronunció un discurso el lunes que sonó como un llamado a la guerra.

 Fue la culminación de un aluvión de propaganda orquestada por medios estatales rusos en las jornadas recientes: una muestra de cómo el Kremlin puede usar su dominio de las ondas de radio para sentar las bases de una decisión política polémica.

 Para los millones de rusos que ven televisión, la narrativa de los últimos días ha sido totalmente diferente que en Occidente: estruendos y destellos de fuego de artillería, imágenes borrosas de restos humanos, mujeres y niños llorando y huyendo, un llamamiento separatista del Presidente, una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Putin, un discurso dramático a la nación.

 Y lo que sucederá a continuación es un misterio.

 Ayer por la mañana, las noticias en el canal estatal 1 anunciaban un “momento histórico”.

 “Han terminado ocho años de miedo”, declaró el locutor, en referencia a los residentes del este de Ucrania ocupado por los separatistas que, según afirmaciones infundadas del Kremlin, son objeto de un “genocidio” por parte de las fuerzas ucranianas.

 “Debemos ayudar absolutamente a esa gente”, dijo Margarita Kurdyukova, una jubilada de 60 años en Moscú.

 “Gracias a nuestro Gobierno por al menos sacar a los niños y a las mujeres”.

 Es demasiado pronto para saber cómo reaccionaría la mayoría de los rusos ante las medidas de Putin; hasta ahora, no hay nada del júbilo generalizado que acompañó su anexión de Crimea en 2014.

 Ayer, cuando los medios estatales rusos afirmaron que Ucrania estaba disparando contra las regiones separatistas respaldadas por Rusia, cuya independencia reconoció Putin el lunes, no estaba claro hasta qué punto El Kremlin escalaría el conflicto.

“Cientos y pronto, decenas de miles de ciudadanos ucranianos y rusos pueden morir a causa de Putin”, publicó en redes sociales Alexei Navalny, el líder de la Oposición que está encarcelado.

“Claro, no dejará que Ucrania se desarrolle y la arrastrará a un pantano, pero Rusia pagará el mismo precio”.

 Los legisladores de la Cámara baja del Parlamento, la Duma Estatal, insinuaron que la campaña del Kremlin contra el Gobierno prooccidental del Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, no acabará con el reconocimiento por parte de Putin de los territorios separatistas en la región de Donbas.

Un diputado nacionalista, Andrei Lugovoi, dijo que prevé que el reconocimiento marcara “el comienzo del regreso de toda Ucrania a su seno histórico”. Otro, Sergei Mironov, criticó a Zelensky como un “cobarde, mentiroso y sinvergüenza”.

El tono fue la continuación de la ráfaga de informes noticiosos del fin de semana que pretendían pintar a una Ucrania, respaldada por Estados Unidos, como el agresor, pese a que insiste en que no tiene planes de montar una ofensiva contra los territorios controlados por los separatistas.

 Los medios estatales aprovecharon las advertencias occidentales de una posible invasión rusa para pintar a Washington y sus aliados como belicistas.

 En un noticiero semanal de la televisión estatal rusa, el presentador Dmitri Kiselyov apuntó el domingo a los líderes internacionales que, según él, podrían beneficiarse de la guerra: el Primer Ministro británico, Boris Johnson, el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el Mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan.

 “Todo es muy serio”, advirtió Kiselyov. “Ucrania está siendo literalmente arrastrada a la guerra con Rusia”.

 Más tarde el domingo por la noche, en un programa semanal llamado “Moscú. Kremlin. Putin”, el vocero del Presidente, Dmitri Peskov, reforzó la noción de que, si bien la guerra podría avecinarse, no sería la elección de Rusia.

“Permítanme recordarles que Rusia a lo largo de toda su historia nunca atacó a nadie”, manifestó Peskov.

El lunes, los medios rusos transmitieron afirmaciones separatistas de una escalada de ataques de las fuerzas ucranianas y una serie de señalamientos sin fundamento: que Ucrania estaba bombardeando comunicaciones, puentes, una estación de filtración de agua y otros objetivos de infraestructura.

La televisión estatal rusa informó desde Donetsk, controlada por los separatistas, que Ucrania había enviado saboteadores detrás de las líneas separatistas.

Funcionarios de Kiev insistieron en que su Ejército no estaba preparando un ataque allí y afirmaron que los separatistas estaban bombardeando su propio territorio.

 Pero cualquier protesta ucraniana fue ignorada en Rusia. Las fuerzas del Kremlin informaron que habían destruido dos vehículos de combate de infantería de Ucrania que habían cruzado a territorio ruso para buscar evacuar a los saboteadores.

 Como resultado, detalló Moscú, cinco personas murieron en el lado ucraniano, la primera vez durante la crisis que el Ejército ruso afirma estar involucrado en un enfrentamiento directo y mortal con las fuerzas ucranianas. Kiev negó que tal incursión hubiera ocurrido alguna vez.

 Pronto, la televisión estatal mostró a los líderes respaldados por Rusia de los territorios separatistas llamando a Putin para que reconociera su independencia, lo que condujo a una reunión del Consejo de Seguridad ese mismo día.

 Las escenas televisadas parecían diseñadas para legitimar la decisión de Putin.

 El lunes por la tarde, el Mandatario ruso congregó a sus políticos de mayor rango para su Consejo de Seguridad.

 Algunos funcionarios parecían visiblemente nerviosos, mientras que otros hicieron llamamientos apenas disimulados para una ofensiva militar a gran escala contra Ucrania.

 Hasta hace poco, parecía que muchos rusos habían dejado de hablar de una guerra inminente.

 Los encuestadores dicen que si bien la posibilidad de una guerra es uno de los mayores temores de los rusos, no ha surgido ningún movimiento contra la guerra en las últimas semanas porque muchos simplemente no pueden imaginarlo o ver cómo pueden influir en las decisiones.

 El domingo, un pequeño grupo de activistas desplegaron carteles contra la guerra en la plaza Pushkin y fueron arrestados de inmediato

Agencias

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