Estados Unidos ha desplegado un escuadrón anfibio de la Marina en el sur del Caribe para combatir el narcotráfico de cárteles latinoamericanos. Según fuentes anónimas, los buques USS San Antonio, USS Iowa Jima y USS Fort Lauderdale, con un total de 4,500 efectivos, podrían posicionarse frente a las costas de Venezuela.
La Casa Blanca, a través de la portavoz Karoline Leavitt, confirmó el envío de los navíos, submarinos, aviones de reconocimiento y destructores, y señaló que el presidente Donald Trump está listo para detener el narcotráfico. Además, calificó abiertamente al régimen de Nicolás Maduro como un “cartel del narcotráfico”, y lo acusó de liderar el Cartel de los Soles. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, respaldó la operación en una carta que amplía las competencias del Ejército para combatir actividades criminales como el tráfico de drogas.
Reacciones en la región
Estas acciones han provocado la respuesta de Cuba y Venezuela. El gobierno cubano denunció que la presencia militar estadounidense “forma parte de una agenda corrupta” y pidió que se respete la región como una “zona de paz”. Por su parte, el régimen de Nicolás Maduro movilizó a millones de milicianos en un “plan de paz” y afirmó que las acciones de Estados Unidos ponen en riesgo la estabilidad de toda la región.
Acusaciones contra Maduro
El despliegue militar se produce en un contexto de crecientes acusaciones de Estados Unidos contra Maduro. La Fiscalía estadounidense y la DEA afirman haber incautado 37 toneladas de cocaína y más de $700 millones de dólares en activos vinculados al mandatario. Como resultado, Washington ha aumentado la recompensa por información que conduzca a la detención de Maduro a $50 millones de dólares.
