Los trabajadores le dan mantenimiento al motor de los barcos camaroneros, alistan amarras y tejen cabos para salir al mar a partir del 15 de septiembre, tratando de dejar atrás las pérdidas económicas que les dejó el covid-19 en 2020, lo cual desplomó las ventas del crustáceo hacia la Ciudad de México hasta 70%.
“Habrá una buena pesca, van a ver”, se escucha al interior de una empresa tampiqueña dedicada a la pesca del oro rosado, mientras los trabajadores pasan de un lado a otro, alistan todo porque el 14 comienzan su camino a altamar, después de 4 meses y medio de estar detenidos a causa de la veda.
“Esperemos tener una buena pesca, se han hecho estudios y pensamos que nos irá mejor que el año pasado”, aseguró Esteban Pineda, empresario del ramo camaronero de Tampico.
La meta es poder superar esas 40 o 50 toneladas aproximadas que trajo a tierra algunos de los barcos que conforman la flota camaronera tamaulipeca, la cual integran poco más de 180 embarcaciones.
El principal reto, recuerda el empresario, es poder superar el desplome de 70% en la venta de camarón hacia la Ciudad de México a causa del covid-19 de septiembre a inicios de diciembre de 2020, porque “allá cerraron muchos negocios, restaurantes y las restricciones estuvieron muy fuertes”.
Mientras los elementos de la Capitanía de Puerto observan cómo se les da mantenimiento a los barcos camaroneros, los trabajadores de altamar suben hielo, siguen en el mantenimiento al motor, pintan los barcos y trabajan con buen ánimo, el motivo es claro, el trabajo ha vuelto.
Se escuchan “rumores” de que la crisis sanitaria le ha dado un duro golpe a los empresarios mexicanos del ramo, se escucha eso desde la zona de Campeche, en donde estiman que solamente salga a pescar el 60% de la flota.
Milenio