Tortugas marinas regresan a las playas de Tailandia

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En una playa desierta en el sur de Tailandia, una tortuga cava un nido para poner un centenar de huevos blanquecinos, cubrirlos nuevamente de arena y volver a las aguas del mar de Andaman.

Desde el comienzo de la pandemia y la disminución del turismo, aumentó el número de tortugas marinas que acuden a desovar a este reino del sureste asiático, donde los científicos tratan de preservar esta especie amenazada de extinción.

Esta tortuga verde, observada en el islote de Koh Maiton cerca de Phuket (sur), no volverá para vigilar sus huevos. Eclosionarán en unos dos meses y las crías se deslizarán hacia el agua, guiadas por la luz de la luna.

Solo una de cada mil llegará a la edad adulta.

Las aguas cálidas que bañan Tailandia acogen hasta cinco especies de tortuga marina: laúd, verde, carey, golfina y caguama.

También se halló un nido de tortuga golfina, el primero en 20 años.

En India, Filipinas o Estados Unidos se observaron fenómenos similares.

Pero “sin política eficaz para protegerlas, no pensamos que esta crisis del covid tenga un impacto real a largo plazo”, añade.

Estos animales tienen una gran longevidad, de hasta 100 años en determinadas especies. Y en Tailandia, como en muchos otros países, su futuro se ve amenazado por el cambio climático y la actividad humana.

El calentamiento global estropea los arrecifes de coral donde viven e impacta la repartición de sexos. Cuanto más caliente es el nido, mayor es la posibilidad de que salga una hembra, lo que puede alterar el equilibrio de poblaciones.

Además, los desechos marinos siguen siendo la primera causa de enfermedades y decesos.

Sus instalaciones acogen actualmente 58 ejemplares que están siendo curados. Algunos deben ser operados, otros amputados y equipados con una prótesis antes de ser devueltos al mar.

– Sinergias con los locales –

Científicos y autoridades locales están alerta para toda la temporada de nidificación, que se alarga hasta febrero.

Cuando se detecta un nido, los agentes intervienen. Si la tortuga ha desovado demasiado cerca del agua, lo desplazan a un lugar seguro.

Si no, los nidos son protegidos con vallas de bambú y se organizan patrullas de vigilancia.

Agencias

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