Durante su intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se centró en la migración irregular, calificándola de “experimento fracasado”. A los líderes mundiales, les advirtió que sus países se estaban arruinando por la migración descontrolada.
Trump afirmó que es “hora de terminar con este fallido experimento” y defendió las “medidas contundentes” que su gobierno ha tomado para frenar la migración irregular en EE. UU.
Mencionó que las cárceles de países como Alemania, Austria y Suiza están llenas de “solicitantes de asilo” que, a cambio de la “amabilidad”, han cometido crímenes. Trump lamentó la situación de Europa y la criticó por ser “políticamente correcta” frente a la migración, la cual considera un “monstruo”.
El presidente estadounidense criticó a la ONU por, según él, no resolver los problemas de migración y, en cambio, crear nuevos. Acusó al organismo de financiar a migrantes que se dirigen a EE. UU. de forma ilegal, afirmando que “la ONU apoya a quienes entran ilegalmente a Estados Unidos, y luego nosotros tenemos que deportarlos”.
Justificó su decisión de designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, lanzando una advertencia clara: “Los vamos a eliminar, no hay alternativa”.
Defendió la ofensiva de su gobierno contra lanchas provenientes de Venezuela que, supuestamente, se usan para el tráfico de drogas, y aseguró que “hemos detenido las drogas que llegan por mar”.