En una medida controversial, el gobierno de Donald Trump ha decidido terminar con el Estatus de Protección Temporal (TPS) para más de 520,000 inmigrantes haitianos que habían encontrado refugio en Estados Unidos tras los devastadores terremotos y otras crisis en su país de origen. Esta decisión pone en riesgo la permanencia de miles de personas, quienes ahora se enfrentan a la amenaza de deportación a partir de agosto de 2025.
La revocación del TPS ha generado una fuerte reacción entre los inmigrantes haitianos y los defensores de los derechos humanos. Muchos de los afectados han vivido en Estados Unidos durante años, algunos desde antes de que se otorgara el TPS, y han formado familias, adquirido empleos y contribuido a la economía del país. Organizaciones pro inmigrantes han denunciado que esta medida no solo amenaza la estabilidad de las familias, sino que también ignora las condiciones aún precarias en Haití.
En Texas, una de las comunidades con mayor presencia de inmigrantes haitianos, la noticia ha sido recibida con gran preocupación. Muchos temen que la eliminación del TPS desencadene una ola de deportaciones y desestabilice a las familias que dependen de este estatus para vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos.
Ante la revocación del TPS, los inmigrantes haitianos y sus abogados están evaluando las opciones legales disponibles, como apelar la decisión o buscar otros mecanismos de protección. Sin embargo, con la fecha de deportación acercándose rápidamente, la incertidumbre sobre el futuro de más de medio millón de personas se mantiene en aumento.