La violencia criminal obligó a miles de estudiantes ecuatorianos en zonas marginales de las ciudades de Guayaquil y Durán a regresar desde el lunes a clases virtuales, informó la prensa local.
En cumplimiento a una orden emitida por el Ministerio de Educación la noche del domingo, seis unidades educativas localizadas en el sector de Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil, y un número similar en Durán, imparten enseñanza virtual para aproximadamente 20 mil alumnos, reportó la televisora local “Ecuavisa”.
En Monte Sinaí, considerado como el sector más violento de Guayaquil, sus pobladores viven en medio de carencias y de bandas criminales que controlan la zona.
Las escuelas con clases virtuales están ubicadas en el área más conflictiva, según la fuente, mientras que Unidades de Policía Comunitaria permanecen con barreras de seguridad tras sufrir anteriores ataques a su infraestructura.
Entre tanto, Durán es una de las ciudades donde más se registra un incremento de muertes violentas y diariamente ocurren balaceras derivadas de disputas entre bandas, lo que llevó al Alcalde, Luis Chonillo, a solicitar al Gobierno pasar de clases presenciales a virtuales como medida preventiva para proteger la vida de los estudiantes.
Chonillo, que fue víctima de un ataque armado el pasado 15 de mayo, informó en una carta al Presidente del país, Guillermo Lasso, que la situación de inseguridad es “alarmante” en Durán, por lo cual el municipio decretó el pasado 12 de septiembre estado de emergencia en la localidad.
Según reportó el Alcalde, hasta el pasado 13 de septiembre, Durán registró un aumento de homicidios que superan las 179 víctimas, entre ellas tres menores de edad.
Chonillo añadió que si bien las clases virtuales se implementaron durante la pandemia de Covid-19, actualmente, Ecuador “vive una nueva pandemia que es la inseguridad”, lo que obliga a tomar acciones.
En un reciente episodio de violencia criminal en Durán, cinco personas murieron el fin de semana a causa de un tiroteo en una vivienda, según la Policía, que confirmó que los fallecidos fueron víctimas colaterales y no el objetivo de los delincuentes.
Agencias.