La inmigración irregular a Estados Unidos batió récords el año pasado y se ha convertido en uno de los flancos por los que la oposición ha atacado más insistentemente al presidente, Joe Biden.
Los republicanos dicen que el país sufre “una invasión” y quieren procesar políticamente al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas. Biden ha decidido tomar nuevas medidas para reforzar el control de la frontera con México y a cambio promete ofrecer nuevas vías de inmigración legal, especialmente a personas que puedan demostrar lazos o arraigo con Estados Unidos y que procedan de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití, según han adelantado altos cargos del Gobierno.
El presidente ha anunciado que viajará a El Paso (Texas) este domingo, en su primera visita a la frontera desde que ocupa el cargo.
Biden ha hecho el anuncio días antes de que viaje a Ciudad de México, donde se reunirá el lunes y el martes con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
El encuentro de líderes norteamericanos tocará temas como la crisis climática y el desarrollo económico, pero según el propio Biden mucha de la agenda estará centrada en “fortalecer” la frontera con México.
El mandatario evaluará en El Paso las operaciones de detención y control fronterizo en una región que declaró una emergencia ante la creciente llegada de inmigrantes sudamericanos a finales de diciembre. “Sé muy bien que la migración está elevando la tensión en las comunidades fronterizas”, ha dicho Biden esta mañana en la Casa Blanca.