La tarde del pasado lunes, Ivet Playà decidió que era el momento adecuado para publicar un video en redes sociales donde relató su experiencia personal con Alejandro Sanz, a quien conoció en 2015, cuando ella tenía 18 años y él 49.

La historia, que comenzó con una relación de fan y artista, derivó, según su testimonio, en una dinámica mucho más cercana y dolorosa con el paso del tiempo.

En su video, Ivet aseguró haber viajado a 10 conciertos en mes y medio para verlo, y más adelante, haber sido contratada por el propio Sanz para trabajar con él en Madrid. Años después, dijo sentirse utilizada y engañada:

“Me siento engañada. Me siento utilizada. Me siento humillada. Me siento, incluso, sucia’’, expresó.

Aunque las reacciones en redes se multiplicaron rápidamente, Ivet fue enfática en no atribuirle al cantante ninguna acusación penal. Lo que cuestiona, afirmó, son comportamientos que calificó como “actitudes moral y humanamente inaceptables.”

“Quiero aclarar que todas mis declaraciones se refieren a actitudes moral y humanamente inaceptables, evitando así interpretaciones erróneas que puedan desvirtuar mi verdad, o desviar el foco hacia otro tipo de hechos que no han ocurrido. En ningún caso culpabilizo a Alejandro Sanz de ninguna conducta delictiva’’, aclaró.

La respuesta que este dió

La mañana de este martes 17 de junio, el propio Alejandro Sanz publicó un mensaje dirigido directamente a Ivet en el que expresó su desconcierto por lo ocurrido.

“Yo tenía un recuerdo muy bonito de nosotros dos, personas adultas compartiendo su cariño, siendo libres. Qué pena que este sentimiento se haya roto ahora’’.

En el mismo texto, reveló que en mayo Ivet le habría ofrecido participar en negocios familiares, propuesta que rechazó tras consultarlo con sus asesores.

“Siento que tu reacción sea esta, pero quiero que sepas que nunca he sido partícipe de estas prácticas y así seguiré toda mi vida’’.
El cantante concluyó su mensaje deseándole que encuentre su camino y felicidad.

Hasta el momento, no hay acusaciones legales ni señalamientos por conductas delictivas, pero el testimonio de Ivet abrió conversación en redes sobre el poder que pueden ejercer figuras públicas en vínculos asimétricos, y cómo esos vínculos pueden impactar profundamente incluso sin cruzar límites legales.

Ella, por su parte, anticipó que dará más detalles en el futuro:

“Han pasado tantas cosas que necesito tiempo para explicarlas con todo tipo de detalles y pruebas. Os lo merecéis, y mi historia también’’.