Las fuertes precipitaciones que han impactado el centro y la región del Golfo de México han provocado una catástrofe con un saldo provisional de al menos 31 personas fallecidas y graves inundaciones en los estados de Hidalgo, Puebla, Veracruz y Querétaro. La magnitud de los daños es considerable, afectando infraestructura, viviendas y dejando a comunidades enteras aisladas.
Hidalgo es la entidad más afectada en términos de vidas humanas, con 18 víctimas mortales y daños en 34 municipios. El desastre incluye más de mil hogares dañados, 17 localidades sin electricidad y 90 comunidades incomunicadas, lo que ha requerido la activación de los planes de emergencia DN-III-E y Marina. El Secretario de Gobierno detalló que 16 muertes ocurrieron por derrumbes en Tenango de Doria y Zacualtipán, y dos más en Acaxochitlán por la caída de un árbol sobre un coche. Además, se reportan 308 escuelas dañadas, cinco puentes destruidos, seis ríos desbordados y 71 vías de comunicación afectadas.
En Puebla, las lluvias han causado nueve decesos y la desaparición de 13 personas, principalmente en las sierras Norte y Nororiental. Deslizamientos de tierra y ríos crecidos han impactado carreteras y viviendas en al menos 38 municipios.
Veracruz reporta tres muertes a raíz del desbordamiento del río Cazones, que sumergió vastas áreas de Poza Rica, llegando a superar los tres metros de altura y dejando a cientos de personas atrapadas.
En Querétaro, se registró el deceso de un menor debido a un deslave en la Sierra Gorda. Las autoridades han implementado evacuaciones preventivas y han pedido a los ciudadanos evitar zonas peligrosas.
Adicionalmente, en Oaxaca, cerca de 8,000 personas permanecen aisladas en la sierra zapoteca-mixe debido a deslaves y el aumento del caudal de los arroyos.
Las autoridades federales y estatales están intensificando las operaciones de auxilio y rescate. La situación es crítica, ya que el pronóstico meteorológico anticipa que las lluvias persistirán, manteniendo la amenaza de inundaciones en extensas áreas del país.