SAO PAULO.- El ex Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva llegó este sábado a Sao Paulo para acudir al entierro de su nieto de 7 años, quien murió el viernes por una meningitis, tras ser autorizado a abandonar por primera vez la cárcel en la que está preso desde abril del año pasado por corrupción.
El ex Mandatario desembarcó en el aeropuerto de Congonhas, en la zona sur de Sao Paulo, hacia las 8:30 horas de este sábado, tras haber viajado desde la ciudad de Curitiba a bordo de un avión ejecutivo cedido por el Gobierno del estado de Paraná.
Lula abandonó a las 7:00 horas las instalaciones de la Policía Federal de la ciudad de Curitiba, capital de Paraná, donde purga su condena, y 20 minutos después tomó en el aeropuerto de Bacacheri el avión que lo trasladó a Sao Paulo.
El ex Presidente, que vestía un traje oscuro y sin corbata, fue trasladado en medio de un intenso dispositivo de seguridad, y escoltado en todo momento por tres agentes de la Policía Federal.
Ni las autoridades ni los abogados de Lula divulgaron detalles del recorrido que hará hasta Sao Bernardo do Campo, una de las ciudades del área metropolitana de Sao Paulo en la que está previsto el sepelio. Tampoco se dio a conocer el horario en que acudirá al cementerio o se reunirá con sus familiares.
La cremación del nieto de Lula está prevista para el mediodía de este sábado en el Cementerio Jardín de la Colina, en Sao Bernardo do Campo. En el mismo cementerio se realizó el sepelio de Marisa Leticia Rocco, la esposa del ex jefe de Estado fallecida en febrero de 2017.
Arthur Araujo Lula da Silva, uno de los seis nietos del ex Presidente, murió el viernes en un hospital de Sao Paulo en el que fue ingresado por una meningitis.
La muerte del nieto de Lula se produjo un mes después de que falleciera su hermano mayor, víctima de un tipo raro de cáncer que afectó a sus vasos sanguíneos.
Lula fue encarcelado en abril del año pasado tras haber sido condenado por un tribunal de segunda instancia a 12 años de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero en un caso vinculado al escándalo por los desvíos de la petrolera estatal Petobras.
El mes pasado fue condenado por segunda vez por corrupción, a 12 años y 11 meses de cárcel, acusado de haberse beneficiado de las reformas millonarias que tres constructoras realizaron en una casa de campo que había sido cedida a su familia para descansar.
En total, el ex Presidente acumula ocho causas en la Justicia, incluidas las dos por las que fue condenado, todas ellas vinculadas con diferentes asuntos de corrupción.
Con información de: Excelsior