El Papa Francisco sonó jadeante y limitó su discurso en un acto público este miércoles, un día después de cancelar un viaje a la cumbre climática COP28 en Dubái por problemas de salud.

“Queridos hermanos y hermanas, buenos días y bienvenidos”, dijo el Pontífice de 86 años en su audiencia semanal, celebrada en el interior de la sala Pablo IV del Vaticano.

Luego, con una voz débil, poco más que un susurro, dijo que un ayudante leería su texto principal en su lugar, “ya que todavía no estoy bien de esta gripe y (mi) voz no es agradable”.

El martes, el Vaticano dijo que el Sumo Pontífice ya no haría un viaje previsto de tres días a Dubái, a partir del viernes, para la COP28 por órdenes del médico.

“Aunque el estado clínico general del Santo Padre ha mejorado en lo que respecta a la gripe y la inflamación de las vías respiratorias, los médicos han pedido al Papa que no haga el viaje”, decía un comunicado.

Francisco fue recibido en la abarrotada sala con aplausos y cánticos de “Viva el Papa”.

El Pontífice argentino, que el 17 de diciembre cumplirá 87 años y a quien le falta parte de un pulmón desde que era joven, tosió casi al final del acto de una hora de duración, mientras hacía unos comentarios finales para pedir la continuación de la tregua en la Franja de Gaza, la liberación de todos los rehenes y el acceso de la ayuda humanitaria al territorio.

“Hacemos un llamamiento a la paz”, dijo, mencionando también a Ucrania.

El Sumo Pontífice, que tiene problemas para caminar debido a una dolencia de rodilla y a veces utiliza una silla de ruedas, llegó a su audiencia del miércoles caminando, ayudado por un bastón.

Su audiencia también contó con un breve espectáculo de artistas circenses, entre ellos un payaso, acróbatas y malabaristas, que actuaron en el podio junto a Francisco.

Éste les dio las gracias por ofrecerle un “momento de alegría”.

Agencias.