Agencia Reforma
SALTILLO, Coahuila.- Un centenar de habitantes de ejidos de General Cepeda que mantuvieron bloqueada por cerca de dos horas la Carretera libre Saltillo-Torreón en protesta por la operación de un “basurero tóxico” decidieron mover el bloqueo a la autopista, donde afectan a un número mayor de vehículos.
Los habitantes de Noria de la Sabina, donde se encuentra el Cimari, y de ejidos cercanos a éste, exigen que el Presidente Andrés Manuel López Obrador cumpla su palabra de suspender la operación del centro donde reciben desechos industriales.
De acuerdo con José Villarreal, uno de los activistas que por redes sociales promovió el bloqueo, éste comenzó hoy, pero no tiene vigencia, y terminará cuando cese la operación del llamado “basurero tóxico”.
“Se le pidió al Presidente López Obrador el cierre, dijo que sí, no ha cumplido y por eso estamos aquí”, dijo Villarreal.
“El bloqueo es indefinido. Hasta que no nos traigan un papel diciendo que el basurero se cancela, no nos movemos de aquí”.
Cerca de las 11:00 horas de hoy, los integrantes de la agrupación Pueblos Unidos de General Cepeda bloquearon la Carretera libre Saltillo-Torreón, frente al ejido San Antonio del Jaral, a unos 40 kilómetros de Saltillo, pero luego de una hora y media, ante los pocos vehículos que pasaban, decidieron moverse a la autopista, donde el flujo es mayor.
El nuevo bloqueo inició alrededor de las 12:45 horas, cerca del kilómetro 34, donde se bifurca la carretera libre del tramo de cuota, con el que se bloquearon los dos sentidos, los que apenas salen de la caseta para llegar a Saltillo, y los que apenas iban a pagar la cuota rumbo a Torreón.
Los manifestantes se trasladan en camionetas y están representados por adultos, jóvenes y niños.
Días atrás, los integrantes de la agrupación Sí a la Vida, que se opone a la construcción del Cimari desde el anuncio de su construcción, y que ha tramitado recursos legales contra su operación, se deslindó de las acciones de Pueblos Unidos de General Cepeda, y acusó que detrás de ellos existen priistas y personas que en los años anteriores nunca se manifestaron o protestaron por el “basurero tóxico”.