Al iniciar con la obra Defendiendo al Cavernícola, César Bono y sus productores se preguntaban si a alguien le interesaría escuchar un monólogo que reflexionaba sobre la masculinidad a través de un cavernícola.
Había tantas dudas que su meta soñada era durar seis años en el teatro, por lo que anoche el actor se conmovió hasta las lágrimas al terminar la función con la que celebró los 21 de su montaje, al cual quiere tanto que lo llena de energía.
Bono, quien cumplirá 72 años en unos días, tuvo que pausar su participación en la obra por salud, ya que fue hospitalizado por una hemorragia de úlcera estomacal y después operado por una perforación en el duodeno, pero el aplauso le devuelve el ánimo.
«He tenido infartos de corazón, de cerebro y una operación de 11 horas. Traigo una sonda, estoy trabajando con ella. Me siento muy bien de estado de ánimo, riéndome mucho», dijo el actor ante los medios tras finalizar la función.
La presencia de Bono llenó el Centro Cultural San Ángel: las 434 butacas del recinto estuvieron ocupadas, según cifras de los organizadores. El público estuvo permanentemente conectado, pues aunque el protagonista camina con bastón y más lento, la energía que acumuló igual arrancó carcajadas por algo más de hora y media.
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