La presidenta Claudia Sheinbaum reaccionó con indignación a las recientes declaraciones del exmandatario Felipe Calderón, quien durante una conferencia en la Universidad de Georgetown sugirió que el embajador de Estados Unidos en México debió haber intervenido para detener la reforma al Poder Judicial.
Sheinbaum calificó los comentarios de Calderón como “indignantes” y un acto de “entreguismo” y “vendepatrias”. Recordó el papel histórico del embajador Henry Lane Wilson en el golpe de Estado contra el presidente Francisco I. Madero para enfatizar la gravedad de pedir una intervención extranjera en asuntos internos de México.
En sus propias palabras, Sheinbaum calificó a Calderón como un “expresidente espurio” y criticó duramente su postura de pedir la intervención de otro país para “salvar la democracia” mexicana.