Agencias
GUATEMALA.- El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, declaró hoy el estado de sitio en cinco municipios en el noreste del país debido a la presencia de grupos armados en la región que, según el gobierno, atacaron a las fuerzas de seguridad y provocan violencia.
La orden restringe derechos constitucionales como la libertad de movimientos, porte de armas y manifestarse, entre otros, y permite las detenciones e interrogatorios sin justificación, de acuerdo con una disposición publicada por Giammattei en el Diario de Centro América, la gaceta oficial.
El estado de sitio será aplicado por 30 días en los poblados de El Estor, Morales, Livingston (departamento de Izabal), y Panzós y Santa Catarina La Tinta (departamento de Alta Verapaz); casi todos poblados con presencia de población indígena.
“Diversos habitantes y grupos armados han efectuado una serie de acciones que encuadran en indicios fundados de actos violentos contra las fuerzas de seguridad, acciones realizadas, posiblemente por instigación de grupos criminales que tienen por objeto desestabilizar a la autoridad departamental y municipal”, justificó Giammattei.
De momento, el gobierno guatemalteco no especificó cuales actos violentos llevaron a declarar el estado de sitio, el cual ahora debe ser ratificado por el Congreso para entrar en vigor.
Giammattei, de 64 años y médico de formación de 64 años, asumió la presidencia en enero pasado y desde entonces ha recurrido a la restricción de derechos para intentar controlar la violencia en algunos poblados.
Dos días después de jurar al cargo, el mandatario impuso un estado de prevención con el despliegue de cientos de policías y soldados en los municipios de Mixco y San Juan Sacatepéquez, áreas colindantes al oeste con la capital y golpeadas por la actividad de pandillas.
La ola de violencia dejó 4 mil 645 personas muertas en 2019.
La mitad de los crímenes están asociados al narcotráfico y a pandillas dedicadas a la extorsión del transporte de pasajeros y comerciantes.
Entre enero y junio pasados, las muertes violentas disminuyeron un 31% comparadas con el primer semestre del año pasado, una reducción atribuida por las autoridades principalmente a las medidas de confinamiento obligatorio a causa de la pandemia del coronavirus.