El expresidente Donald J. Trump dijo este jueves a un grupo de los ejecutivos más poderosos de Estados Unidos que tenía la intención de reducir la tasa del impuesto de sociedades al 20% desde el 21%, según tres personas que asistieron a la reunión y que hablaron bajo condición de anonimato porque las reglas básicas estipulaban que la reunión era extraoficial.
Trump hizo estas declaraciones desde un cómodo sillón gris durante una conversación con su ex asesor económico Larry Kudlow ante una audiencia de docenas de importantes jefes ejecutivos, entre ellos Tim Cook de Apple, Jamie Dimon de JPMorgan Chase, Doug McMillon de Walmart y Charles W. Scharf de Wells Fargo.

Se habían reunido este jueves por la mañana en Washington para una reunión de la Mesa Redonda Empresarial, un influyente grupo corporativo, y se dijo que hubo un alivio palpable en la sala cuando Trump, que ha estado tratando de atraer a los líderes empresariales como posibles donantes, dijo a los ejecutivos mucho de lo que esperaban oír.

Muchos líderes de la América corporativa se han puesto nerviosos ante la posibilidad de que, en un segundo mandato, el Sr. Trump no fuera tan amistoso con ellos como lo fue en el primero. Muchos acabaron abandonándole y criticándole públicamente, sobre todo tras el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021.

El Sr. Trump, cuyos discursos públicos se caracterizan a menudo por promesas conspirativas de erradicar a los “comunistas” del gobierno y políticas de línea dura como la supervisión de la mayor operación de deportación de la historia de Estados Unidos, fue descrito por una de las personas que asistieron a la reunión como relativamente más comedido que de costumbre, modulando sus mensajes para la audiencia de élite. Lo más llamativo fue que suavizó su discurso sobre la inmigración.

Pero fue su perorata sobre los impuestos lo que pareció agradar más visiblemente a los ejecutivos presentes en la sala, según las personas que asistieron a la reunión.

La primera pregunta del Sr. Kudlow al Sr. Trump trató sobre el tema que más preocupa a los ejecutivos: el hecho de que partes significativas del paquete de recortes de impuestos que el Sr. Trump firmó como ley en 2017 expirarán el próximo año.

En concreto, el Sr. Trump les habría dicho que quería reducir aún más la tasa corporativa al 20 por ciento, que dijo que le gustaba porque es un “número redondo” y porque pensaba que hacerlo haría que las empresas estadounidenses fueran más competitivas y crearan puestos de trabajo, según las personas que asistieron.

Se dice que añadió que, en su opinión, una razón clave por la que la economía funcionó tan bien en su primer mandato hasta la pandemia fueron sus recortes de impuestos, y especialmente la reducción permanente del tipo corporativo al 21% desde el 35% en su ley fiscal de 2017.

(El Sr. Trump heredó del ex presidente Barack Obama una economía en crecimiento en medio de una larga y constante recuperación tras la Gran Recesión de 2008-09; la economía siguió funcionando más o menos igual hasta la pandemia. Al final del primer año de mandato del Sr. Trump, presionó al Congreso, entonces controlado por los republicanos, para que bajara el tipo del impuesto de sociedades).

Trump ha propuesto prorrogar todas las partes de la ley de recortes fiscales de 2017 que expirarán automáticamente a finales de 2025 si el Congreso no aprueba una nueva legislación, incluido el mantenimiento de los tipos impositivos marginales más bajos de la ley de 2017 en todos los niveles de ingresos y su umbral más alto para las herencias que están exentas de cualquier impuesto sobre el patrimonio.

El presidente Biden ha propuesto mantener los tipos reducidos de la ley para las rentas modestas y medias, pero permitir que vuelvan a subir los impuestos sobre las rentas personales superiores a 400 mil dólares y sobre las herencias de mayor cuantía. También ha propuesto elevar el tipo corporativo al 28%.

El Sr. Biden ha argumentado que debido a que su plan haría que los ricos y las corporaciones pagaran más, compensaría la pérdida de ingresos públicos de la ampliación de los recortes de impuestos en los niveles de ingresos bajos y medios, y por lo tanto no aumentaría la deuda nacional. La extensión total de la ley de 2017, que el Sr. Trump y un Congreso controlado por los republicanos financiaron a través de préstamos del gobierno, añadiría billones en deuda pública adicional si no se combina con nuevos recortes de gastos.

Los recortes fiscales de Trump se han convertido en una especie de grito de guerra para la élite empresarial y sus donantes ricos y potenciales donantes, que están preocupados de que las partes de los recortes que más les benefician expiren el próximo año sin el control republicano en Washington.

Una tasa impositiva corporativa cercana al 20 por ciento fue una de las demandas del Sr. Trump durante la lucha por su proyecto de ley de recorte de impuestos en 2017, una ley que los republicanos se apresuraron a aprobar a finales de ese año.

El Sr. Trump dijo otras cosas este jueves que parecían tranquilizar a los principales ejecutivos, según las personas que estaban en la sala. Después de entregar sus líneas de campaña estándar sobre millones de inmigrantes que vierten a través de la frontera bajo el Sr. Biden, el Sr. Trump habló de la importancia de la inmigración altamente cualificada, diciendo que sabía que las empresas necesitan estos trabajadores, las tres personas dijeron.

El Sr. Trump dijo que pensaba que estaba “mal” que las personas que hicieron sacrificios para venir a Estados Unidos y asistir a las mejores escuelas de Estados Unidos tuvieran que volver a casa a sus países, dijo una de las personas. Otra persona que estaba en la sala recordó que el Sr. Trump señaló que los inmigrantes altamente cualificados que recibieron una educación estadounidense podían tener éxito en Estados Unidos o en sus países de origen. Dijo que los mejores y más brillantes eran necesarios para ayudar a Estados Unidos.

Los líderes empresariales fueron algunos de los que instaron repetidamente al Sr. Trump a cambiar sus políticas de inmigración restrictivas durante su mandato; a menudo señalaba a estos líderes que estaba de acuerdo con su impulso a la inmigración altamente calificada, mientras promulgaba políticas que lo harían más difícil. La administración Trump tomó medidas para restringir los visados para trabajadores altamente cualificados cuando la pandemia alteró drásticamente el funcionamiento de la economía.

Trump, que fue condenado el mes pasado por falsificar registros empresariales para encubrir el pago de dinero a una actriz porno durante las elecciones de 2016, ofreció otras frases para complacer a los jefes ejecutivos. Entre ellas, habló de su agenda de desregulación y su deseo de acelerar el proceso de permisos para las empresas.

En abril, Trump cenó con ejecutivos de empresas petroleras y grupos de presión en su finca de Florida, Mar-a-Lago, y les dijo que debían donar mil millones de dólares a su campaña presidencial porque, de ser elegido, haría retroceder las normas medioambientales que, según él, obstaculizaban su industria, según dos personas que asistieron a esa cena.

Durante meses, el Sr. Trump se ha enfrentado a un déficit de efectivo de campaña enorme con el Sr. Biden, y ha estado buscando grandes donantes desde mucho antes de convertirse en el candidato. Pero su búsqueda se ha vuelto más fructífera desde que se convirtió en el presunto candidato republicano, y desde que algunos líderes empresariales se han opuesto más abiertamente a las políticas de Biden.

Ahora, varios de esos líderes se están sometiendo gradualmente a la realidad de que Trump podría volver a ganar la Casa Blanca, y son mucho más receptivos a su propuesta, aunque varios insisten en privado en que siguen sintiendo repulsión por él.

Aún así, Trump sigue pidiendo otra medida económica a la que se oponen generalmente los intereses empresariales, reiterando a un grupo de republicanos de la Cámara de Representantes a primera hora de este jueves que está a favor de imponer aranceles mucho más altos a la mayoría de los productos importados.

Estos impuestos aumentarían los costes de las empresas que importan materias primas y equipos, y podrían desencadenar una guerra comercial mundial y aranceles de represalia que dificultarían a las empresas estadounidenses vender sus productos en el extranjero.

En la reunión de la Business Roundtable, los directivos también escucharon al jefe de gabinete de la Casa Blanca, Jeffrey D. Zients, que defendió la gestión económica de la administración Biden y su capacidad para preservar la estabilidad nacional y mundial, según dos personas familiarizadas con sus comentarios. Zients se refirió a la sólida recuperación económica de Estados Unidos tras la pandemia y a las políticas de la administración Biden para competir con China. También argumentó que las guerras comerciales y la deportación masiva harían retroceder a Estados Unidos, dijo una de las personas.

Aunque muchos miembros de la comunidad empresarial se han mostrado en desacuerdo con las políticas de Biden, el público de ejecutivos parecía receptivo a Zients, un antiguo director ejecutivo que habla con fluidez el lenguaje corporativo.

Agencias.