La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, criticó la postura del “feminismo de derecha”, argumentando que esta visión pasa por alto los derechos sociales y la desigualdad estructural.
Durante su conferencia matutina del jueves, Sheinbaum sostuvo que la defensa de los derechos de las mujeres debe considerarse parte integral de la lucha por los derechos de todo el pueblo mexicano y por la justicia social, y no como una causa separada. Mencionó que, si bien en el pasado se priorizaba la lucha contra la desigualdad general, ella y su gobierno consideran ambas batallas como una sola.
La mandataria calificó como una contradicción el hecho de defender los derechos de las mujeres mientras se niega el derecho a la educación, la salud, la vivienda o la cultura. Afirmó que esta visión del “feminismo de derecha” es deficiente, ya que la lucha de su administración es por la igualdad y el acceso a los derechos para todas las mexicanas y mexicanos.
Sheinbaum cuestionó la credibilidad de la derecha al recordar que, cuando estuvieron en el poder, se expresaron de forma despectiva hacia las mujeres (mencionando términos como “lavadoras de dos patas” o “viejerío”), permitieron el aumento de la violencia y no implementaron políticas para garantizar el acceso de las mujeres a la educación.
Subrayó que existen claras diferencias ideológicas sobre cómo concebir los derechos de las mujeres, enmarcando su propia visión dentro de la justicia social. Finalmente, la presidenta sugirió que la falta de reivindicación hacia las mujeres indígenas por parte de la derecha se debe a un clasismo y racismo subyacente. Concluyó que su movimiento acoge a todas las mujeres, ya que es heredero de la lucha histórica de las mujeres mexicanas.