De acuerdo con las autoridades venezolanas, se trata de una “peste” de caracoles gigantes africanos que fue detectara en el oeste del país por las fuertes lluvias que se registran en la zona.
Las primeras “colonias” de este caracol originario de la región subsahariana, Achatina fulica, fueron detectadas a principios de noviembre a orillas del Lago de Maracaibo, en la ciudad homónima y capital del estado de Zulia (oeste), y tras la alerta aparecieron otros focos en otras regiones ganaderas de la zona. Hay reportes también en el vecino estado Táchira.
Este caracol, presente en Venezuela desde 1997, ya se propagó en colonias en 2017, pero en una proporción menor a la actual, indicó José Sandoval, director de Fauna Silvestre en la ONG Fundación Azul Ambientalista.
Por su capacidad reproductiva (de hasta 600 huevos cada 15 días) y su promedio de vida de seis años, son considerados una especie invasora de las más perjudiciales para cultivos e incluso para la salud humana, pues transmiten enfermedades como meningitis, encefalitis y trastornos intestinales.
Sandoval, también miembro de la empresa de turismo Mapache Eco Aventura, ha liderado operativos para su erradicación
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